CUENTOS INVENTADOS Y FÁBULAS
El objetivo central de este cuento para dormir es educar y convencer a los niños de que el teclado del ordenador se puede romper o estropear si se le machaca salvajemente.
Por ser un cuento educativo con un mensaje central y algunos mensajes secundarios se clasifica como cuento con moraleja.
Nótese que el estilo de la fábula es muy simple, con frases muy cortas e ideas bastante elementales, como hacer caso, romper cosas, arreglar, enfado y colaboración técnica.
En la historia verdadera los dos niños maltrataban el teclado del ordenador y no había forma de evitarlo.
El cuento está ilustrado con fotos del mundo real, y se puede comprobar que los niños estaban bastante divertidos con el juego del comecocos, incluso con cierto vicio con el ordenador. Los juegos siempre han sido la mejor forma de aprender.
Este cuento fábula para niños describe con sencillez la función social de los técnicos.
FÁBULA DE PISI
Érase una vez, en California, en la costa Oeste de América,
una familia de ovejas; el papá se llamaba Muto y la mamá Shiip
y tenían un montón de ovejitas,
tantas que no sabían exactamente cuántas.
Un día, el papá, Muto,
pensó que era una buena idea comprar un ordenador
para que las ovejitas pudieran jugar al comecocos.
Cuando lo llevaron a casa,
las ovejitas empezaron a jugar y les encantaba.
Al ordenador le llamaron Pisi, y les gustaba tanto
que siempre estaban formando una enorme cola para jugar
y, cuando una acababa de jugar,
se iba al final de la cola para jugar otra vez.
Además, trataban muy mal a Pisi,
apretaban las teclas muy fuerte
y siempre jugaban al comecocos,
día tras día, semana tras semana, mes tras mes.
Pisi estaba aburridísimo y se estaba enfadando
porque las ovejitas no hacían caso a su papá y a su mamá.
Estos les decían que tenían que apretar las teclas suavemente,
con dulzura y amor y que tenían
que dejar descansar a Pisi
de vez en cuando.
Hasta que un día,
cuando Muto y Shiip habían preparado la mesa para comer,
llamaron a las ovejitas a comer, pero no vino ninguna;
volvieron a llamarlas y, al no aparecer ninguna,
empezaron a buscarlas.
Como no las podían encontrar,
se empezaron a preocupar y preocupar.
De repente Shiip miró a Pisi
y se dio cuenta que estaba funcionando solo;
entonces Muto se acercó a la pantalla
y vio como el comecocos
se comía a una ovejita y la metía en un diskette.
De esta forma, se dio cuenta
que en cada diskette había una ovejita,
así que las sacó a todas de sus diskettes
y llamó a un técnico para que arreglara a Pisi.
El técnico dijo que habían tocado las teclas muy fuerte
Y que había estado demasiado tiempo funcionando sin parar,
Pero que no era grave y arregló a Pisi.
Desde entonces,
las ovejitas trataban a Pisi
con mucha suavidad,
jugaban a Sokoban, al ajedrez y a otros muchos juegos
y además lo paraban algún rato para que descansara.
Y todos fueron felices, jugaron al comecocos y colorín,
colorado, este cuento se ha acabado, y ahora...
¡A DORMIR!