CUENTOS DE TERROR
SÓLO PARA RECOMENDADOS
Este cuento estaba incluido en el libro en línea de la Ecuación del Amor como anexo, pero considero más apropiado apartarlo y situarlo aquí con un título expresivo de la falta de interés general del mismo, pues únicamente a algunas personas les puede venir bien estas historias para reflexionar o cuento de terror sobre la Inquisición.
En su caso, dichas personas pueden ser recomendadas a leer este relato debidamente para que recapaciten sobre su actitud.
LOS BELLACOS DE LA INQUISICIÓN MODERNA
Todo no podía ser tan bonito e idílico, hay que hacer un pequeño esfuerzo para comprender que tarde o temprano, en el momento en que uno abandona el ámbito personal interno e intenta comunicar con el resto del mundo, aparecerán en una pequeña proporción los bellacos de la Inquisición siempre vigilantes del orden establecido y adictos a los relatos terror.
Algunos son suaves e inconscientes de su comportamiento real pero otros están caracterizados por la agonía mental que padecen debido a su impotencia argumental o al argumento de su impotencia, ¡según como se quiera ver o sea la realidad objetiva! Y por apoyarse en la defensa del sistema cuando en realidad defienden intereses bastante más particulares, utilizando técnicas variopintas que podríamos resumir en la frase: tirar la piedra y esconder la mano o ataque en grupo.
En realidad, los bellacos de la Inquisición solos tienen miedo y no pueden leer historias y cuentos de terror, ni siquiera los relatos muy cortos como éste. Algunos confiesan que les hierve la sangre, delatando su naturaleza herbívora.
Para mayor información se puede consultar la leyenda negra de la Santa Inquisición.
Siento ser tan directo, pero es importante el ser consciente de la existencia de estas figuras y no dejarse arrastrar por sus historias de terror y miedo. Su existencia es connatural a la vida y a todos los sistemas de impulso vital, pues éstos necesitan mecanismos de control y, con la complejidad, algunos de ellos presentan ciertas desviaciones respecto a su función prevista.
Un pequeño repaso de la historia, del cine o de la literatura de relatos y cuentos de terror nos muestra que están plagados de ejemplos de este comportamiento tanto reales como ficticios, muchos de los cuales son famosos por su gran belleza humanista.
Afortunadamente la propia figura de la Inquisición es más bien retórica en la actualidad. En algunos sitios se utiliza especialmente la Inquisición española como figura literaria en relatos de terror pero creo la Inquisición de otros países no tuvieron nada que envidiar, aunque seguramente desaparecieran un poco antes.
Se podrían contar muchas historias de los bellacos de la Inquisición moderna pero solo quería señalar que idolatran los grandes científicos y genios de la humanidad y si hubieran sido contemporáneos a ellos los podrían haber quemado en la hoguera. Al mismo tiempo, en su ciega defensa de la ciencia establecida desprecian cualquier atisbo de cambio de paradigma científico.
Muchos de estos bellacos modernos intentan justificar sus actuaciones e historias de terror con la bandera del sano escepticismo; mientras otros, simplemente, están orgullosos de ser ciencinazis.
Por supuesto, no quiero decir ni insinuar que algunas teorías o ideas no sean criticables o erróneas pero apuntar que hay cosas meridianamente claras: una cosa es la crítica constructiva sobre las ideas, siempre digna de agradecer, y otra la descalificación personal sin venir a cuento, siempre de carácter reflexivo.